
La información proveniente de ellos como exocaptores y endocaptores, permiten integrar la postura. Si suprimimos la información que nos aportan, el individuo aumentará las oscilaciones de su cuerpo, demostrando una mayor inestabilidad, y adoptará estrategias como aumentar la base de sustentación a fin de mejorar el equilibrio ortostático. La visión también se suma al sistema postural como feedforward (prealimentación) es decir permite aprender respuestas a situaciones que se puedan presentar.
Defectos en la visión causados por cataratas, pterigion, pinguécula y otros; alteraciones en la formación de la imagen en la retina como el astigmatismo, la miopía, la hipermetropía o la presbicia generan interferencia en el tono postural.
Los ojos tienen un conjunto de músculos encargados de lograr la acomodación para lograr la formación sincronizada de la imagen en la retina. Estos músculos oculomotores en la cavidad orbitaria son 7, todos ellos constituidos por fibras estriadas y, por lo tanto, voluntarios. Se les designa con el nombre de músculos extrínsecos del ojo.
De los siete, el elevador del párpado aunque se inserta en el tendón de Zinn, no tiene una función propiamente oculomotora. El oblicuo menor, no se inserta en el tendón de Zinn.
Las vías oculomotrices centrales y periféricas permiten:
· la acomodación ,
· la iridomotricidad,
· los movimientos del ojo,
· los movimientos conjugados de los ojos,
· los movimientos asociados de los ojos, la cabeza y el cuello.
Comprenden dos partes, las vías intrínsecas y las extrínsecas.
Las vías intrínsecas, totalmente involuntarias permiten la acomodación y la iridomotricidad.
Las vías extrínsecas, constituyen el sistema ocucefalogiro. Donde identificamos la oculogiria, que permite el movimiento conjugado de ambos ojos por medio de los nervios III, IV y VI, cuyos núcleos están relacionados con los del lado opuesto para mantener la coordinación y el paralelismo de la mirada. Y la cefalogiria que asegura el movimiento de la cabeza y el cuello asociados a los movimientos de los ojos. Esta función se logra gracias al nervio espinal (XI), que inerva el trapecio y el esternocleidomastoideo, y al tracto tectoespinal que comunica con las neuronas de las columnas grises anteriores de la médula espinal.
Aparece así el reflejo oculocefalogiro, en el cual al mirar un objeto que se desplaza a la derecha de nuestro campo visual en forma refleja se contraen los músculos cervicales encargados de rotar la cabeza a la derecha y se relajan los que rotan a la izquierda. Este se utiliza para a el tratamiento de la columna cervical con técnicas de ME (músculo energía).
La foria a diferencia de la tropia (estrabismo evidente) es un estrabismo que se oculta la mayoría del tiempo, es una desviación latente, se pone de manifiesto mediante el denominado cover–test o el test de convergencia ocular. Dependen de un correcto funcionamiento de la oculomotricidad. Presentes en un gran número de personas, repercuten través de la oculocefalogiria sobre el tono postural. Siendo responsables de cefaleas, cervicodorsalgias y otras algias de tipo idiopáticas.
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